Pablo tiene que dejar de fumar. ¿Por qué? Porque su mujer, su familia y su médico así lo dicen. Pero Pablo es un hombre difícil de convencer. Ha trabajado siempre en las minas de mercurio de Almadén, arriesgando su vida diariamente; ha sufrido cinco ataques al corazón y fuma 20 Winstons al día desde que tenia doce años. Ahora con setenta, Pablo pasa la mayoría del tiempo delante de la televisión, rodeado de una nube de humo, de espaldas a un pueblo que vivió tiempos mejores.
Pablo representa a la última generación de mineros del mercurio de Almadén, una profesión con dos mil años de historia. A través de un sencillo retrato de la vida cotidiana, El Invierno de Pablo explora la decadencia de la cultura minera local, pero sobre todo rinde homenaje a sus verdaderos protagonistas: los mineros y sus familias.